DISPARADORES EMOCIONALES PARA LA CLINICA.

(40 ACT.CREATIVAS).

BENASAYAG, LEON

Editorial Novedades Educativas

La obra es una ayuda para sobrellevar, con el menor costo emocional posible, las situaciones de crisis o conflictivas de la vida mediante anécdotas o metáforas con las que el lector se identifica y puede dar lugar a nuevas soluciones. El libro tiene en cuenta la dimensión emocional de los pacientes, independientemente de que padecieran o no afecciones de tipo orgánico. No reemplaza otras terapias, es un medio más para hacer más viable su resolución. Vivimos frecuentes crisis: el nacimiento, la adolescencia, separaciones, del trabajo, las guerras, de los problemas económicos, de las catástrofes naturales, etcétera. No nos extrañe que, bajo la presión de tales posibilidades de padecimiento, las personas rebajen sus pretensiones de felicidad; no nos asombra que el ser humano ya se estime feliz por el mero hecho de haber escapado a la desgracia, de haber sobrevivido al sufrimiento; que, en general, la finalidad de apaciguar la angustia relegue a segundo plano la de lograr el placer.

DISPARADORES EMOCIONALES PARA LA CLINICA. (40 ACT.CREATIVAS).BENASAYAG, LEON

$16.000
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La obra es una ayuda para sobrellevar, con el menor costo emocional posible, las situaciones de crisis o conflictivas de la vida mediante anécdotas o metáforas con las que el lector se identifica y puede dar lugar a nuevas soluciones. El libro tiene en cuenta la dimensión emocional de los pacientes, independientemente de que padecieran o no afecciones de tipo orgánico. No reemplaza otras terapias, es un medio más para hacer más viable su resolución. Vivimos frecuentes crisis: el nacimiento, la adolescencia, separaciones, del trabajo, las guerras, de los problemas económicos, de las catástrofes naturales, etcétera. No nos extrañe que, bajo la presión de tales posibilidades de padecimiento, las personas rebajen sus pretensiones de felicidad; no nos asombra que el ser humano ya se estime feliz por el mero hecho de haber escapado a la desgracia, de haber sobrevivido al sufrimiento; que, en general, la finalidad de apaciguar la angustia relegue a segundo plano la de lograr el placer.